viernes, 29 de octubre de 2010

Gatitos y rol

Lo primero es lo primero.
Dos gatitos preciosos están buscando un hogar. Si estás interesado/a pásate por el blog de tita Hellen (“Consultar cuando uno no sabe que hacer cuando es friki, melómano y coqueto”, así se presenta n_n)
Y el segundo punto del orden del día: Pueeeeeees… no tenía nada preparado -_-U
   
    
Sí puedo adelantar que mi siguiente post será un nuevo miembro del T.A.Z.E. Goblin Club: el goblin de la sierra casi eléctrica n_n
De mientras y para entretener al personal: os presento la mega lista de tópicos del rol 
Nota: La saqué de Internet pero no recuerdo de que página -_-U espero os guste tanto como a mí.
  
Advertencia: Es tan, pero tan, larga que la dividiré en varias partes y ya las iré posteando n_n
Advertencia 2.0: Perdonad las faltas de ortografía. Sólo copio y pego de la original que guardé, que son casi las cuatro de la madrugada y mañana madrugo :p Hasta los frikis más nocturnos tenemos que dormir ;)

1. Regla del Dormilón
El joven chico comenzará el primer día del juego durmiendo, siendo despertado siempre por su madre, que le recordará que ha dormido demasiado y que se ha perdido algo importante.
2. ¡No! ¡Mi Amado Pueblo Campesino!
La villa, ciudad, barrio o planeta natal del protagonista será aniquilado en una espectacular escena antes de que acabe el juego y a menudo, en el principio.
3. Pensando con la Cabeza Equivocada (Regla de Hiro)
No importa de que haya sido acusada o lo misterioso que pueda ser su pasado, el héroe siempre estará preparado para luchar hasta la muerte por una chica que hace tres segundos que conoce.
4. Deducción Sobre el Zirconio Cúbico
La misteriosa chica anteriormente mencionada llevará un colgante que al final resultará ser la llave para salvar el mundo, o para destruirlo.
5. La Regla de la Edad de Logan
Los personajes son jóvenes, muy jóvenes. El promedio de edad suele estar en los 15 años, a no ser que el personaje sea un soldado condecorado y armado hasta los dientes, en cuyo caso tendrá que tener como mucho 18. Tales jóvenes a menudo tienen técnicas con múltiples armas y magia, años de experiencia, y nunca jamás les preocupa que sus padres les estén ordenando que deben dejarse las aventuras y volver a casa antes de la hora de acostarse. Por otro lado, los personajes que tengan más de 22 años se referirán a sí mismos alegremente como unos viejos inútiles impacientes por dejar sitio a la siguiente generación.
6. Regla del Padre/Madre Soltero/a
Los personajes que tengan dos padres son casi inexistentes. Como norma general, los chicos solo tendrán madre, y las chicas solo tendrán padre. El que falta simplemente se desvaneció misteriosamente y después de varios años traumáticos no se le hará referencia. Frecuentemente el padre del personaje principal que queda vivo tendrá un complicado final antes de que la historia comience, liberando a su hijo de las inconvenientes obligaciones filiales.
7. Algunos me Llaman… ¿Tim?
Los buenos solo tendrán nombre y los malos solo tendrán apellidos. Un personaje malo que posea nombre se hará bueno en algún punto del juego. Los apellidos de los personajes buenos solo se mencionan en el manual pero nunca son mencionados en la historia.
8. Regla Nominal
Todo personaje que posea nombre es importante en algún lugar del juego y debe ser buscado. Sin embargo, si se refiere solo a una parte de un nombre posesivo (“La madre de Chrono”) entonces es superfluo.
9. Los Obligatorios
Siempre hay una mazmorra de fuego, una mazmorra de hielo, una alcantarilla-laberinto, un bosque misterioso, un abandonado barco fantasma, una mina, un resplandeciente laberinto de cristal, un antiguo templo lleno de trampas, un castillo mágico volante y una mazmorra de lo más tecnológico.
10. Regla de Liddite (o regla de George Lucas)
La tecnología es inherente a la maldad y por lo tanto es algo exclusivo de los malos. Ellos son los únicos que poseen robots, fabricas, megalópolis cyberpunks y estaciones de lucha flotantes, mientras que los buenos viven en pequeñas villas en pacifica armonía con la naturaleza. (Aunque, aun así, poseen pistolas y/o aviones bien armados).
11. Vamos a Empezar por el Principio (Regla de Yuna)
Siempre que haya una secuela de un RPG que posea el mismo personaje que su antecesora, este sólo poseerá siempre las habilidades iniciales. Todo lo que han aprendido en el juego anterior se habrá esfumado, así como sus ultrapoderosas armas y demás equipamiento.
12. El Héroe Rico pero Pobre (Regla de Meis)
Si el héroe proviene de una familia rica y poderosa, este pasará por duras épocas y será un indigente en el momento en el que el juego comience realmente.
13. Cuanto más Largo sea el Pelo, más Cercano Estará a Dios (Regla de Cloud)
Cuanto más indignante sea su pelo, más importante será el personaje masculino para la historia.
14. Principio de Garnett
No vamos a dar rodeos: eres un ladrón. Puedes andar por la casa de cualquiera como si la puerta nunca estuviera cerrada. Puedes irrumpir y buscar cosas. Todo lo que encuentres y que no esté clavado es tuyo. Podrás andar en las casas de los extraños, coger sus preciadas posesiones y, aún así, hablar con ellos como si fueras un viejo vecino suyo, así como salir cargado con su herencia familiar bajo tu brazo. Desafortunadamente, esto no ocurre en las tiendas.
15. ¡Hey! ¡Yo te Conozco!
Al menos, acabarás reuniendo tres de estos obligatorios personajes para el grupo:
- La enloquecida princesa que se rebela contra su padre y que está enamorada del héroe.
- La chica maga recatada, que habla de forma educada y que posee magia de curación, la cual no sólo no está enamorada de héroe, sino que además proviene de una ancestral raza.
- La chica guerrera resistente-como-los-clavos, la cual no está enamorada del héroe (observa que es el único personaje femenino en el juego que no está enamorado del héroe y por lo tanto será la indicada como tal para tener una espectacular cicatriz, un ojo tuerto, miembros de cyborg o alguna deformidad física (Ver la regla “El bueno, el malo y el feo”).
- El dolorido espadachín de la época gótica cuya alma está dividida por una tragedia personal.
- El tipo grande, resistente y bravo que, en el fondo, es totalmente dócil.
- El mejor amigo del héroe, quien, de hecho, es más guay que el propio héroe.
- El mercenario egoísta y severo que durante el transcurso del juego aprende lo que realmente significa cuidar de los demás.
- El personaje que realmente es un espía de los malos pero que cambiará instantáneamente a tu lado cuando te enteres.
- El extraño personaje bonus que requiere una serie de estrafalarias búsquedas secundarias para que pueda unirse al grupo (con el consecuente resultado de que al final ningún jugador acaba usándolo a no ser que sea obligatorio).
- La mona y apestosa mascota que es útil en todas las batallas.
16. ¡Hey! ¡A ti También te Conozco!
También te enfrentarás/se te enfrentarán al menos tres de estos obligatorios antagonistas:
- El asombroso y guapo chico de pelo largo quien puede o no ser el último jefe.
- El villano que es la mano derecha del rey, que puede encontrarse en dos versiones: cómico incompetente o persistente empalagoso.
- La chica guardaespaldas más atractiva del pueblo, quien es el soldado más fuerte y competente de la armada pero que siempre deja escapar al grupo porque ella está, sí, enamorada del héroe.
- Tu antiguo aliado que supuestamente estaba “muerto” y fue olvidado, hasta que posteriormente en el juego se muestre como aliado de los villanos lleno de amargura.
- El enemigo irritantemente honorable al que nunca tendrás que matar porque, después de descubrir su verdadera naturaleza, se sacrificará o se unirá a tu grupo.
- El payaso o bufón loco que será sorprendentemente difícil de vencer.
- El científico malvado a quien le gusta hacer criaturas mutantes y poderosas armas (y a veces convenientes si los no-invitados aventureros aparecen). “porque es divertido”
- La pequeña criatura adorable y mona o el niño de seis años que lucha contra ti e, inexplicablemente, pateará tu culo una y otra vez.
17. ¡Hey!¡A ti te Conozco Tres!
Además, prepárate para encontrar muchos de los siguientes personajes no manejables obligatorios:
- El ciudadano o miembro de una banda que vaga en círculos sin objetivo alguno y que nunca consigue llegar donde quiere.
- Soldados ridículamente incompetentes y cobardes.
- Un grupo de niños pequeños jugando al escondite.
- El sabio y noble capitán/rey/sacerdote.
- El susurrante segundo mando del sabio capitán/rey/sacerdote. Nadie, incluyendo el héroe, se enterará de su constante y enloquecida influencia hasta el momento en el que traicione a todo el mundo a favor de las fuerzas del mal.
- El PNJ obsesionado con su completamente frívolo trabajo y que se las ingenia para creer lo maravilloso que es. Está tan emocionado con él que quiere compartirlo con todo ser humano que se encuentra, así que, pasado un tiempo hará que hagas su trabajo por él.
- El PNJ adulto que no tiene nada mejor que hacer que estar jugando a juegos de niños con los transeúntes.
- El grupo de chicas jóvenes que han formado un obsesivo grupo de fans con cicatriz de una de tus chicas del grupo.
18. La Queja de Chrono
Cuanto menos hable el personaje principal, más cosas debería de decir, y por lo tanto, más problemas acabará teniendo por no arreglarlos por si mismo.
19. Tonto Squall, Llevando una Espada en una Pelea con Pistolas…
No importa en qué época se sitúe el juego (pasado, presente o futuro), el personaje principal, así como su antagonista, usarán ambos una espada como arma. (Por lo tanto puedes identificar al antagonista muy fácilmente desde el inicio del juego simplemente viendo qué chico usa una espada). Estas espadas serán mucho más poderosas que cualquier pistola y, a menudo, capaces de hacer ataques a distancia.
20. Simplemente Asiente y Sonríe
Y no importa cuan grande sea esa espada culona, nunca destacarás entre la muchedumbre. Nunca nadie intentará cruzar la calle para evitarte o se quedará especialmente impactado o alarmado cuando una cuadrilla fuertemente armada irrumpa en su casa durante la cena, revuelva sus posesiones y encima le pida que responda si ha visto a un tipo con una capa negra.
Parece que la gente está acostumbrada a todo, aparentemente.

lunes, 25 de octubre de 2010

Un nuevo proyecto

Hace unos días decidí (por enésima vez -_-U) montar mi propio juego de mesa basado en los juegos de rol de fantasía medieval.
Este finde he tenido la oportunidad de empezar a trabajar en el proyecto.  La intención es que cada jugador viva las típicas (y no tan típicas) aventuras. Adquiriendo objetos, matando monstruos, encontrando tesoros y demás. Pero como se trata de un juego de mesa sin DJ [o master, como prefiráis ;) ], los jugadores deben encontrar su motivación en un aliciente diferente al de los juegos de rol: ganar la partida.
Para ganar, el jugador deberá adquirir un cierto grado de Reconocimiento, Riqueza y Destino. Estas tres pautas son las que consolidarán al Personaje como un héroe de leyenda.
Un aspecto que me gusta de este sistema (inspirado en “Carrers”, que creo no vio la luz en España) es que será el propio jugador el que decida cuan importante es para su personaje uno u otro aspecto. Por ejemplo, si mi personaje es un mercenario posiblemente valorará más la Riqueza y el Reconocimiento que el Destino; mientras que un paladín probablemente valore más el Destino. Ello se reflejará en la Ficha (que no será la clásica de Pj, esto no es rol), en la que se dividirán 90.000 Puntos de Leyenda entre estas tres pautas. Por ejemplo: 30.000 PL en Reconocimiento, 30.000 PL en Riqueza y otros 30.000 PL en Destino. A medida que avanza la partida el jugador obtendrá PL de uno u otro aspecto, y deberá moverse por el tablero buscando esos encuentros que le proporcionen los que necesite para lograr la ansiada victoria.
Bueno, sin incidir más en las reglas (que no quiero aburrir n_n), os enseño los primeros pasos de mi juego n_n

 
Son las armas que podrán ir adquiriendo los jugadores. Su forma de presentarse en el juego será mediante cartas… aún no tengo ninguna terminada. La intención es hacer una carta en blanco a la que añadiré el dibujo y características correspondientes.
Iré posteando los avances del juego y si lo termino (un milagro n_n) colgaré los PDF por si alguien los quiere.


jueves, 21 de octubre de 2010

Alteraciones MTG

Como ya he comentado en alguna ocasión me gusta jugar a Magic: The Gathering. Pero hoy no voy a tratar temas como reglas, mazos o tipos de jugadores. Me centraré en las alteraciones (modificar el arte de una carta).
En el mundo del Magic existen infinitas reglas que se deben respetar en los distintos torneos. Del mismo modo, no todos los torneos son iguales. Podemos diferenciar entre los torneos de nivel regular, competitivo y profesional. Este es un aspecto muu importante si queremos incorporar en nuestro mazo una carta que haya sido alterada. En un torneo de nivel competitivo, por ejemplo, serán mucho más estrictos a la hora de admitir ciertas alteraciones que en un torneo de nivel regular. Si os interesa el tema podéis informaros en el blog de Otto comic (muu recomendable n_n), donde además podréis disfrutar con sus fantásticas alteraciones y divertidas tiras.
Y me gustaría añadir (nunca mejor dicho XDDD) otra Artista con mayúsculas, Nana. Su blog es una fuente inacabable de links, preciosas alteraciones e información de primerísima mano. Visitadlo, no os arrepentiréis.
Por mi parte, y con todo mi respeto para los verdaderos artistas en esto de la alteración, he probado con alguna modificación.
Primero os mostraré una alteración que fácilmente sería admitida en la mayoría de torneos. Se trata del “Día del Juicio Final”... Espero os guste n_n

 
Y ahora… bueno, unas cuantas alteraciones que sin duda generarían más dudas XDDD
Fueron un proyecto para un torneo pequeño en el que tenía la certeza que harían la vista gorda ;)
Un 33,3% de las cartas del mazo serían alteradas bajo un mismo tema: los Toi. Quizás los más jóvenes no recordaréis estos bichitos verdes, pero os puedo asegurar que en el torneo muchos rememoramos con nostalgia la época en que se coleccionaban y pegaban en las carpetas escolares n_n


    

lunes, 18 de octubre de 2010

El pintor (II) y La noche del veintiuno

Bien, la continuación de esto n_n
Como ya es costumbre, unos apuntes:
1) Este post es largo, muu largo, aviso… y bueno… como decirlo… es que… vamos que… debería… continuar. Lo siento -_-U tengo el tiempo limitado, pero estaba ansioso por colgar un trocito (me gusta mucho *-* además, si no lo cuelgo el post siguiente tendría dimensiones cthulhuides, sed comprensivos una vez más ^.^).
2) El clásico… En capítulos anteriores: Una vampiresa (cuyo nombre desconocemos) se zampa a una joven ucraniana. Muy lejos, en New York, un gigoló/pintor (curiosamente tb desconocemos su nombre) es “traicionado” por una “amiga” (cuantas comillas XDDD) y decide que, importándole un huevo lo que le digan, acudirá a una fiesta a la que no ha sido invitado. Al día siguiente, Lara acude en el lugar de su amiga Sam a la buhardilla del pintor/gigoló para posar (si es que… n_n). Total, que chico conoce chica y…
3) La trama se complica (sí, esto va a ser la tónica), por si un loco/a quiere leer el texto entero de una sentada crearé una pestaña con el mismo bajo el título de “Ahogada en sangre”.

Y ya, sin más dilación, el desenlace del capítulo “El pintor” y parte del siguiente. Titulado “La noche del veintiuno” -por si las moscas, era el día de la fiesta ;) -.
Espero que os guste n_n

“El pintor” (parte II)

-Sam me ha dicho que estudias en la NYU. Historia ¿verdad? –mintió para distraer su atención del nerviosismo.
-No. Historia del Arte.
-¡Vaya! ¿Debo inquietarme?
-¿Por?
-No sé si encajo bien las críticas…
-Tranquilo, no seré muy dura –dijo a la vez que negaba con la cabeza.
Los hombros de Lara se relajaron al tiempo que se recolocaba en el sofá. Tal vez se sintió menos incómoda, o simplemente dejó de importarle su desnudez.
-¿Así está bien?
-Sí, perfecto. No te muevas.
Si la modelo hubiese sido Sam, el pintor habría dirigido su atención sobre las proporciones y el juego de luces y sombras, pero ella no era Sam. Era Lara, y nada tenía que ver. Estudió las curvas de su cuerpo, deslizando la mirada por su piel dorada. Dibujando las ondas pelirrojas de su cabello. Resiguiendo las facciones suaves de su rostro. Acariciando su nariz y sus labios. Buscando su mirada esquiva. Recreándose en el movimiento de su pecho, en su vientre firme y en las formas de sus caderas. Ensimismado por la belleza de Lara. Tan sencilla, tan cercana, tan ajena.
-Creo que prefiero que te coloques de otro modo.
-Sí, claro –dudó-. Tú dirás.
El pintor se acercó.
-Levántate por favor.
Empujó el sofá a un lado y se quedó un rato pensando. Muy cerca de ella.
-Ven –le pidió mientras caminaba hacia la ventana.
-eh… no. Cerca de la ventana no.
-No te preocupes. Ven, mira, es imposible que nadie te vea.
Lara se fió. No mentía, sólo podía ver los tejados de los edificios colindantes.
-Colócate como si mirases por la ventana.
-Desnuda –bromeó.
-Bueno, supongo que tu alter ego es menos pudorosa.
-¿Menos? Hace veinte minutos que nos conocemos y ya me he desnudado…
Ya no evitaba la mirada del pintor. Sus enormes ojos marrones se clavaban, ahora, con perspicaz sagacidad.
Obedeció sin esperar más indicaciones.
-¿Está bien así?
-Sí. Pero gira la cabeza hacía mí.
Lo hizo.
-¿No se supone que estaba mirando por la ventana?
-Sí, pero es que ha sonado el teléfono.
>>Ladea un poquito la cabeza.
-Que natural –murmuró irónica.
-La luz hace que tu cabello se vea más rojo.
El pintor recolocó el caballete y acercó una pequeña mesa auxiliar con todo el material.
-Ahora, quietecita por favor.
Lara se limitó a asentir.
Durante la siguiente hora no hablaron. Él trabajo en el boceto a carboncillo. Ella lo estudió. Se fijó en que iba descalzo, y que era zurdo. Que fruncía el cejo cuando hacía trazos pequeños. Que tenía unos labios carnosos y unos ojos preciosos.
-¿Estás cansada?
-Bueno, puedo aguantar.
-Descansemos.
Lara se giró al tiempo que tiraba los hombros hacia atrás para relajar la musculatura y realzar su pecho.
-¿Puedo verlo?
-No. Sólo cuando esté terminado.
-¿Me visto o continuaremos?
-Creo que lo dejaré por hoy. Se está nublando.
Lara esperó a que el pintor se diese la vuelta para vestirse. Pensó en que volvería a verlo, que no había terminado. Y que le gustaba la idea. “Ser la modelo de un pintor no equivale a tener una cita con un pintor” le dijo a Sam. Pero se había fijado en como la miraba, bueno por lo menos hasta que cogió el carboncillo. ¿O se lo había imaginado? O peor aún, él también miraba igual a Sam.
-Dime Lara, ¿te va bien que nos veamos el martes?
-Sí –sonrió-, ¿a qué hora?
-¿Sobre las nueve?
-Bien.
No quería que se fuese. Quería hablar con ella, conocer a la chica pelirroja que pasaba de la timidez al coqueteo en tan sólo unos minutos. Quería conocer a la estudiante de historia del arte que le miraba mientras dibujaba.
-Ya es casi mediodía… ¿te apetece comer?
Lara sonrió nuevamente y le miró con esos ojos que no escondían nada. Como si estuviese tan segura de todo que no le hiciese falta.
-Apenas son las once.
-Bueno, ¿tal vez un brunch?
-¿Invitas a comer a todas tus modelos?
-No. ¿Demasiado directo?
-Demasiado pronto… prefiero un café.

Ambos salieron de la buhardilla y pasearon hasta una cafetería árabe cercana.
-Nunca había tomado un café tan corto y con tanto poso -dijo Lara mirando el vasito de cristal verde.
-¿Te gusta?
-Prefiero estas pastas… parecen rosas.
-Dime, ¿por qué historia del arte?
-Me gusta. Me gustaría trabajar como conservadora.
>>Y tú ¿por qué pintor?
-Siempre he pintado… mi madre era pintora.
-Me he fijado en los lienzos de la buhardilla… todos abstractos, pero imagino que mi desnudo es figurativo ¿no?
-Sí.
>>Lo que has visto en la buhardilla es –dudó- una mierda.
-A mí no me lo ha parecido. Es un trabajo bien estudiado. Y eso no es poco en un artista tan joven.
-Pues gracias. Pero sólo lo veo como el tipo de arte conceptual que se espera de un artista tan joven y que, tal vez, me abra alguna puerta. Pero no es lo que quiero pintar.
-Todos eran blancos. Con distintas tonalidades de grises, azules y ocres. Pero en esencia blancos. Eso tiene que significar algo.
-Significa que me gusta el blanco –sonrió sin quererlo al ver como lo miraba-. Me gusta la nieve –asintió-.
-Algo es algo.
>>No has nacido en Estados Unidos, ¿verdad?
-Soy español.
-Un joven pintor, de pelo negro y piel morena, que busca su lugar en el mundo del arte –dijo con cierta sorna-. Su obra es prometedora. Sin embargo, él asegura que quiere pintar cuadros figurativos… estudiantes de historia del arte desnudas frente ventanas.
-Y no te olvides de las aspirantes a actrices y modelos.
-Cierto, cierto. A ellas también.
-Aunque en ocasiones pinto otras cosas.
-¿Qué más pintas? ¿Maduritas desnudas?
-Y paisajes nevados –dijo abstraído.
>>¿Quieres cenar conmigo?
-Quiero. Pero hoy no puedo. ¿Qué tal mañana?
-Mañana soy yo quien no puede. Pero podemos vernos el martes.
-El martes pues.
Cuando se despidieron él la besó en la mejilla y ambos pensaron lo mismo.

“La noche del veintiuno”

Noche del veintiuno, Roma.
Caminaba sin prisa. La piazza a esas horas de la noche permanecía en completo silencio sin apenas turistas, sólo una pareja besándose apasionadamente en un banco de piedra porosa en frente de una gran fuente de mármol.
Deslizó la mano en el bolsillo del pantalón asiendo el mando a distancia del Lamborghini Murciélago LP 640 y presionó el botón que abría la puerta y activaba el detonador. No miró atrás cuando se produjo la explosión que voló por los aires el ático del Dr. Manfredi. Pudo verla reflejada en las lunas tintadas del deportivo. Varias alarmas de comercios adyacentes saltaron y no tardó demasiado en escuchar las sirenas de los bomberos y los Carabinieri. Pero para cuando llegasen, él ya se encontraría muy lejos.

Aquella tarde...
-Grazie –Murmuró Ferruccio Manfredi, profesor de arqueología en la Universidad de La Sapienza, tras entregarle el paquete a la mujer del servicio postal.
-Signore Thomas Fulton –Se aseguró leyendo en voz alta el destinatario.
- –Afirmó el profesor-. Buona sera.
-Buona sera, signore.
Manfredi, salió apresuradamente de correos. Sudoroso y claramente alterado se dirigió con paso ágil hasta la parada de autobús. El cielo volvía a estar encapotado. Durante los últimos tres días había llovido, la mayor parte del tiempo una llovizna suave en la que las gotas parecían flotar ingrávidas por el aire, pero a intervalos se producían breves chaparrones que anegaban las calles. En el bus, se sentó junto a una mujer de cuarenta y pocos, bien vestida, que leía un reciente best-seller. Manfredi sacó un auricular de debajo del cuello de la chaqueta y se lo colocó en el oído derecho. En el MP3 sonaba el concierto para violín en mi menor, opus 64, “Sueño de una Noche de Verano”, magistralmente interpretado por Leland Chen. Pero no disfrutó ni una de las notas.
Fuera comenzaba a chispear.
Las puertas del autobús, viejas y sucias, chirriaron al abrirse cuando se detuvo en la parada. Bajaron dos chicas además de Manfredi que corrió para atravesar la plaza hasta la entrada del piso. Al abrir la puerta el olor a cerrado le golpeó la nariz.
La sala principal estaba repleta de libros antiguos que habían sido tratados para evitar el deterioro del tiempo, pero que aún desprendían ese aroma característico de la piel curtida y el papel viejo. Era ese olor el que lo impregna todo, demasiado denso para acostumbrarse, demasiado fuerte para ignorarlo. Manfredi abrió uno de los ventanales que daban a la plaza y la brisa del atardecer le acarició la piel, seca y morena por el sol de incontables excavaciones. Dejó caer el abrigo en una silla de diseño en la que descansaba un mamotreto embellecido con cenefas doradas de motivos estivales, cuyo título, enmarcado por un rectángulo burdeos enunciaba: “UNIVERSA GRAMAT GRAEGA”. Angustiado y cansado, tomó asiento en otra silla, hermana gemela de la anterior, y se sirvió una copa mientras un remolino de recuerdos le mareaba.
La habitación quedó en penumbras, levemente iluminada por una lámpara de papel blanco en forma de cono y, a excepción de algún trueno, tampoco se oían ruidos. Finalmente, los ojos cansados del profesor comenzaron a cerrarse y los músculos tensos por el estrés se relajaron. Los finos dedos soltaron, sin querer, el vaso de coñac.
-¡Merda!- Manfredi abrió los ojos de golpe vislumbrando la silueta esbelta de un hombre trajeado-. Chi è? Fulton? –Le inquirió.
-Tranquilícese –Musitó el intruso-. Sé que me entiende... ¿Ha enviado el cuadro?
-Sì… –afirmó mientras intentaba levantarse en vano-. Che cosa...? ¡Non riesco a muovere il braccio!
-No grite –Le rogó sin alzar la voz-. De nada le va a servir. No puede moverse porque el coñac que ha bebido contenía un tónico elaborado a partir de Curare.
-Veleno... –balbuceó Manfredi con cierta dificultad.
-No se preocupe. La dosis que ha ingerido no es letal. Sólo sentirá entumecimiento, parálisis progresiva.
>>Me gustaría agradecerle el envío del cuadro… pero necesito el nombre del pintor.
-Ten... drá, que... matar... me –Dijo mirando a los inexpresivos ojos del intruso.
-Ya pensaba hacerlo profesor.

Noche del veintiuno, Manhattan.
En el dormitorio del lujoso apartamento sito en la esquina noroeste de la calle 83 y Central Park West, Evelyn encendió la mini cadena y la inconfundible voz de Diana Krall entonó “Just the way you are”. Descolgó del armario empotrado el vestido rojo de Valentino que una funda transparente de plástico protegía, y aunque ahora no parecía tan bonito como en la tienda, lo estiró sobre la cama. Se dirigió al cuarto de baño y mientras se maquillaba frente el espejo una agobiante sensación de soledad le oprimió el corazón.
Cuando Robert llegó, Evelyn ya había salido hacia el hotel Ritz-Carlton de Battery Park. En la mesita del recibidor había dejado una nota: “No quiero verte en la fiesta”.

-Estoy colaborando con Christie’s –Dijo Alan Poole-. Nada serio. Pero quién sabe...
-¿Quién sabe? –Bromeó Peter Einsner, redactor del Wall Street Journal, mientras se colocaba bien uno de los gemelos de oro-. ¿A quién pretendes engañar?
-Bueno... –Sonrió.
-¿Christie’s? –Le interrumpió, teatralmente sorprendida, Catherine, la esposa de Einsner-. Que interesante. ¿Cuál fue ese cuadro tan caro...?
-¿Choque de automóvil verde? –Se adelantó Poole.
-Sí, ese mismo. ¿Cuánto dieron por él?
-Más de 70 millones de dólares –Dijo tajante Einsner.
-¡70 millones de dólares! –Repitió Catherine enfatizando cada una de las palabras-. Seguro que es un record...
-Lo fue para Christie’s –Anunció Poole-. Aunque un día antes un postor anónimo había adquirido por 72,8 millones un ‘rothko’ en Sotheby’s.
Catherine sonrió.
Peter Einsner tenía claro que Poole mentía más que hablaba. Era ese instinto periodístico el que lo llevó a destapar el contrabando de armas que mantenían varias compañías de seguridad nacional con países en conflicto y que bien podía valerle el Pulitzer. Quizás esto no le reportaría respeto profesional, pero económico...
-Vamos –murmuró Einsner-, cuéntame algo más.
Alan Poole le miró a los ojos y se acercó, un poco, como si fuese a desvelar el gran secreto.
-Ahí va mi abogada –Señaló socarrón-. Perdonadme, he de ir a saludarla.
Evelyn se acercaba entre la multitud que se congregaba en el gran salón del Ritz-Carlton, mientras Poole le hacía señas.
Lucía un vestido palabra de honor rojo, largo hasta los tobillos y estaba preciosa. Venía sola. Una vez más.
-¿Y Robert?
-Mejor no preguntes –Respondió negando con la cabeza.
Ambos permanecieron en silencio sin saber que decir.
-¿Te has enterado? –Dijo, finalmente, Poole.
-¿De?
-Han vuelto a hospitalizar a Mailer(1). He hablado con Dwayne y Einsner, pero no me han querido decir nada.
-Espero que se recupere.
Parecía afligida, aunque Poole sabía que sólo lo parecía.
Evelyn buscaba a Robert entre los asistentes cuando descubrió a su impertinente pintor hablando con un asesor de la Gagosian Gallery.
-Discúlpame Alan.

 ________________________________________

(1) Norman Mailer: New Jersey, 31 enero de 1923; Nueva York, 10 noviembre de 2007. Escritor y periodista estadounidense ganador de dos premios Pulitzer.


miércoles, 13 de octubre de 2010

Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya


Cada año, desde hace seis, acudo al Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya que se celebra en Sitges, una ciudad marítima que parece ajena a la crisis y al reloj. Este año se homenajeaba “El resplandor” de Stanley Kubrick. Así que la decisión de cual sería la peli que abriría el festival para nosotros fue sencilla (oficialmente, el largometraje escogido para la inauguración fue “Los ojos de Julia” de Guillem Morales). El sábado 9 a las diez de la mañana había un pase de “The shining” en el Retiro n_n

 
El director del festival, Àngel Sala, fue el encargado de dar la bienvenida al productor ejecutivo del film, Jan Harlan, que presentó la versión americana del clásico de Kubrick. Esto significaba: Por un lado, perderse el doblaje en español. Y aunque muchos sientan verdadera animadversión por el trabajo de Verónica Forqué como Wendy Torrance, yo he de admitir que me mola -_-U Y por otro, 29 minutos extras de metraje que en la versión estrenada en España fueron suprimidos :)
Jack Nicholson, a lo “Little pigs, little pigs, let me come in! Not by the hair of your chiny-chin-chins? Then I'll huff, and I'll puff, and I'll blow your house in!” y la no menos mítica “Heeere's Johnny!” (que ocupa el puesto # 68 en la lista del American Film Institute de las 100 mejores citas del cine americano), y todo ello en pantalla grande, es una pasada n_n
Después de la peli fuimos a comer a un restaurante con terraza que ya conocíamos de otros años. Buenas hamburguesas y mejores ensaladas a un precio muy razonable.
Por la tarde teníamos el pase de los cortos presentados a los Premios Nueva Autoria 2010. El nivel de este año me pareció inferior a ediciones anteriores salvo por dos trabajos muy interesantes. Mi favorito, un corto de malentendidos en plan chistosito, no ganó na ò_ó malditos de la SGAE…
Saliendo del Prado, y conscientes de que aún faltaban unas horas antes del siguiente visionado, decidimos ir a las tiendas de merchandising que se montan delante del edificio Miramar y tomar una copa en uno de los garitos con vistas a la playa.
Sobre las ocho y media se daba la salida a la Sitges Zombie Walk 2010, un evento que año tras año congrega a más y más frikis n_n. Entre la vorágine de no-muertos nos topamos con Jaume Figueras (crítico de cine) con la cara maquillada para la ocasión XDDD
Después nos fuimos a cenar. Jugoso bifé argentino, patatas horneadas y crujientes aros cebolla n_n preparándonos para la larga noche en Sitges…
En el emblemático Auditori se proyectaba “The last exorcism” precedida del cortometraje “The United Monster Talent Agency” (muy recomendable). El director de “The last exorcism”, Daniel Stamm, demostró pq el festival de Sitges es tan especial: la cercanía que se crea entre los friki-asistentes y los invitados. Su peculiar presentación, tras los clásicos halagos al festival y a la gente del mismo, consistió en advertir que en su película no había gore (el público siguió la broma con un “Ooooohhhh” con tono de penita n_n).
La peli me gustó más de lo que esperaba, tenía su originalidad… para un tema tan trillado como lo es la posesión demoníaca (apunte friki: la campaña viral del largometraje).
Tras un breve descanso, proseguía la noche en el Auditori con la “nit fantástica”. Se inició sobre la una de la madrugada con la entrega del Premio Maria honorífica a Caroline Munroe (momentazo n_n). La chica Bond –aunque yo la recuerdo más por The Golden Voyage of Sinbad *-*- se mostró super-simpática y muy feliz. Sigue preciosa.

 
A continuación Zoe Berriatúa (director) presentó, junto a una risueña Macarena Gómez (actriz) y Pablo Turégano (actor), el corto “Quédate conmigo” que sin ser nada del otro mundo me gustó bastante.
Y sin más dilación comenzó el maratón nocturno con la proyección de “Jonah Hex” “Frozen” y “After.life”. De la primera (“Jonah Hex”) decir que Megan Fox está muu buena… algo más: NO. Si la miráis es bajo vuestra responsabilidad, pero yo la desaconsejo (producto comercial, aburrido y muu muu flojo). “Frozen” me gustó mucho –supongo que después del bodrio se intensificó XDDD-. Un film sin pretensiones pero que cumple bien con el cometido de entretener, además de mostrar un tipo de terror que siempre me mola, ese que casi podría suceder. Y “After.life” con Christina Ricci y Liam Neeson me pareció interesante, aunque el ritmo le hace perder puntos.
Me hubiese gustado asistir al maratón de zombies pero la presencia de Berto hizo volar todas las entradas O_o Siendo sincero, ahora odio a Berto y a todos los borregos que acudieron al maratón por la presencia del mediático cómico. Todos los años he asistido al mismo maratón sin problemas, de hecho solía estar medio vacío, y este año por una chorrada se llena… estoy seguro que la mitad ni se quedó a ver las pelis sangrientas ò_ó
Y hasta aquí mi periplo por Sitges :) El año que viene más.

Este post me gustaría dedicarlo a la memoria de Manuel Alexandre.
 

jueves, 7 de octubre de 2010

El maestro Inocencia

Hoy os presentaré a Inocencia.
Hay quien dirá que no es más que un alter ego de River, pero muchos saben que no es sólo eso. El maestro Inocencia es el titiritero de aquellos juegos en los que la ficción y la realidad se entremezclan hasta alcanzar una verdad. Una verdad que suele ir acompañada de un temor que los adultos se esmeran en disimular. El miedo a la oscuridad, al ser que se esconde detrás de las sombras y nos acecha debajo de la cama. Un miedo propio de la inocencia de un niño.
Todo comenzó en Italia. Cuando me topé con el frío rostro de Inocencia y decidí que ciertos juegos de rol van más allá de los dados, las fichas y los mapas.
Pero avancemos en el tiempo…
Una noche de verano en la que unos amigos se disponen a jugar a rol. Hasta aquí, todo normal. Pero cuando entran en el salón se encuentran con el maestro Inocencia. Ya no les hacen falta las fichas de Pj, porque esa noche sus personajes serán ellos mismos pero con veinte años menos. Tampoco necesitan dados, Inocencia dirime sin piedad. Tan sólo pueden pedir el consejo de unas cartas que el maestro titiritero se encarga de mostrar. Y así fue como se adentraron en una trama tan sencilla como lo es el recuerdo de un suceso. Un grupo de niños que decide investigar las ruinas de un viejo hospital abandonado. Cuentan que está maldito y que los fantasmas de los pacientes que fallecieron todavía rondan por los pasillos del centro. Cuentos de miedo… ellos son más valientes que David y Luís (un curso mayores) y lo demostrarán esa misma tarde. Se colarán en el hospital del miedo…
…Es un grupito pequeño: tres niños y la hermana de uno de ellos. Como era de esperar la tarde transcurre con total normalidad. Los niños se cuelan por debajo de la verja oxidada y entran, asustados, al oscuro hospital. Cuando uno se asusta todos se asustan, si uno dice que ha oído un ruido todos creen haber oído ese mismo ruido, si uno corre los otros le siguen. Tan sólo es un juego. Hasta que Raquel desaparece. ¿Como la han podido perder de vista? No pueden volver a casa sin ella…

 
De pronto suena un móvil. Pero un momento, hace veinte años ningún niño llevaba móvil… el móvil ha sonado ahora. En el salón donde el maestro Inocencia ha susurrado su canción a cuatro jugadores adultos. “Cógelo”… “Número desconocido”… “¿Diga?”… “Hermanito… Hermanito… ven… no sé dónde estoy…”.
Y de ese modo, cuatro adultos comprendieron que ciertas partidas se juegan sin dados, sin fichas y sin mapas.
Tal vez otro ejemplo será de utilidad para comprender mejor al maestro Inocencia.
Una noche cuatro jugadores fueron invitados a la mansión del maestro titiritero. Nadie les abrió la puerta, pues entrar en la mansión fue como soñar despiertos. Allí revivieron la muerte de Claudia, quemada por su novio. Revivieron el desconsuelo de su familia y el suicidio de su padre al no poder soportar la perdida de su hija. Hubo quien soñó con la joven, aún viva en la cama del hospital. O quien soñó con el espectro enmudecido de un padre atormentado. Pero fueron todos los que comprendieron que, en ocasiones, los sueños son el modo en que la mente se protege de aquello que no puede olvidar.

 
Y ese es el maestro Inocencia.
Esta noche, cuando apagues las luces, ten por seguro que un ser que se esconde detrás de las sombras y te acecha debajo de la cama te agarrará para llevarte al mundo onírico de Inocencia. Pero no temas… todo habrá sido un juego.


martes, 5 de octubre de 2010

El pintor


Como ya es costumbre cuando el post es la continuación de esto, unos apuntes…
1. En capítulos anteriores (siempre me ha gustado esa expresión n_n): Una vampiresa (cuyo nombre desconocemos) se zampa a una joven ucraniana. Muy lejos, en New York, un gigoló/pintor (curiosamente tb desconocemos su nombre) es “traicionado” por una “amiga” (cuantas comillas XDDD) y decide que importándole un huevo lo que le digan acudirá a una fiesta a la que no ha sido invitado.
2. La trama prosigue… ¿en la fiesta? No… y queda rato ;) Pero prometo que todo es parte de la misma historia. Un voto de confianza :)
3. Como siempre: Espero que os guste.

Advertencia: Al final del post debería haber un “continuará” pero como a cierta lectora no le gusta evitaré ponerlo. Disculpen las molestias… estamos trabajando en la continuación. n_n

“El pintor”

Mia miró coqueta a Joseph.
-¿Por qué lo preguntas?
-Por nada, simple curiosidad supongo.
-No. No sale con nadie, creo. En realidad no lo sé.
Ya no la veía. Lara había bajado las escaleras del metro.

Sam se sonó la nariz temiendo que le volviese a sangrar. Tenía fiebre, aunque no mucha, y muy mala cara. Llevaba todo el día en el sofá, delante de la tele. Tapada con la manta y aburrida.
Escuchó la puerta.
-¿Lara? –preguntó con voz de enferma.
-Claro. ¿Quién más tiene llaves?
Lara tiró el abrigo sobre una silla y se acercó al sofá.
-¿Cómo te encuentras?
-Mal. Muy mal –exageró-. Me muero.
Lara le puso la mano en la frente y sonrió.
-Apenas tienes fiebre.
-Estoy malita.
-¡Estás tonta! –sentenció sin dejar de sonreír.
-Y malita. Y cabreada...
-¿Cabreada?
-Mañana tenía una cita con el pintor.
-Ser la modelo de un pintor no equivale a tener una cita con un pintor.
-Lo sé. Y que necesitamos el dinero, también.
Lara la miró temiéndose lo peor.
-Tienes el dinero del coche, ¿verdad?
-Bueno, lo iba a tener... –alegó al tiempo que se tapaba con la manta hasta los ojos.
-No… no, ¡no! –se quejó Lara levantándose del sofá-. Yo no lo tengo. ¿Qué piensas hacer?
-No lo sé.
>>A no ser que tú... –hizo una pausa, fingiendo que no llevaba toda la tarde preparándose para ese momento- ...a no ser que tú vayas por mí.
-¿Qué? Estoy flipando. ¿Eres idiota?
-Pero es perfecto.
-¿Perfecto? ¡No pienso desnudarme delante de nadie! Ni de coña.
-Claro –dramatizó Sam-, está bien para mí, pero tú no eres como yo.
-No vayas por ese camino. No va con segundas. No estoy diciendo nada de eso y lo sabes. Tú eres modelo. Yo no. Y aunque no tengo ni pajolera idea de cómo mierdas se conoce a un tipo en un bar y se acaba posando desnuda para él, sí sé que yo no poso desnuda.
-Un Starbucks.
-¡Me da igual!
-Le llamaré. No le importará. Eres preciosa.
-Que me da igual. No.
-Pero... ¿Y el dinero?
-Encontrarás otra forma –se detuvo-. Qué estoy diciendo. No lo harás. O no a tiempo.
>>¡Pues ala! Nos quedamos sin coche y a la mierda. Pero que sepas que eres una cabrona.
>>¿En qué te gastaste el dinero?
-¿Importa?
-¡Sí, importa!
-No lo sé. Lo iba a tener, paga en metálico.
>>Sólo es tumbarse un par o tres de horas. ¿Tan grave te parece?
>>Será algo que contar.
-¿No lo entiendes? No, es no. ¿Vale?
-Lo siento…
Era sincera.
-Déjalo… me voy a la cama.
Por la mañana fue al dormitorio de Sam, pero no estaba. Arrastró los pies por el pasillo hasta la sala de estar. En el sofá, casi en la misma postura que la noche anterior, Sam miraba la tele. Ojerosa, con la nariz roja y rodeada de pañuelos de papel usados.
-No he pegado ojo –dijo sorbiendo-, tengo la nariz tapada.
-Pobrecita –murmuró enojada-.
>>¿Te desnudas del todo?
-¿Qué?
-¿Te desnudas del todo?
-Sí.
-¿No será un pervertido?
-Ojalá –bromeó abriendo los ojos-. Pero no. Sólo pinta.

Cuando se subió al metro no eran ni las ocho y media. Primera hora de un sábado invernal. No dejaba de darle vueltas a la cabeza, desnudarse delante de un extraño.
El timbre de la puerta estaba estropeado así que dió un par golpes con los nudillos. El corazón le latía deprisa y le sudaban las manos. Siguió mirando la diminuta mirilla dorada, nerviosa, hasta que le abrió la puerta un joven alto y atlético. Habría preferido que Sam hubiese exagerado al describir al pintor pero la verdad es que se había quedado corta.
-Hola. Tú debes ser Lara.
-Sí –alcanzó a decir.
-Pasa por favor.
Al entrar sintió una repentina bofetada de calor.
-Deja que te coja el abrigo.
>>Perdona, no me he presentado. Me llamo... –su voz se perdió detrás de un armario en el que guardó la prenda. De todos modos, Sam le había dicho su nombre.
-¿No hace mucho calor?
Él se giró y la miró divertido.
-Sí.
>>La verdad es que esta buhardilla es muy fría. He tenido que dejar la estufa encendida toda la noche para lograrlo. Pero ten en cuenta que estarás desnuda –dudó-. Por qué Sam te lo ha dicho ¿verdad?
-Sí, sí. Claro. Lo sé. Es que nunca he posado, desnuda. Ni vestida.
-Bueno, en realidad ella se deja el tanga.
"Embustera" pensó.
-¿Dónde me cambio?
-Allí –dijo señalando un punto indeterminado-. Puedes dejar la ropa sobre la cama.
<<¿Es qué no había paredes?>>
La buhardilla estaba repleta de grandes lienzos, todos abstractos, y olía a pintura y acetato. Sobre una mesa de trabajo se amontonaban más lienzos pintados, cajas llenas de pinceles de diferentes tamaños y formas y tubos de pinturas al óleo. Era el estudio de un artista pero también su hogar. Junto a la cama, un colchón en el suelo, había una mesita de noche y un armario viejo al que le faltaba una puerta. Tenía mucha ropa colgada, ropa cara, incluyendo un traje negro protegido por una funda de plástico transparente. Y al otro extremo de la estancia la cocina. Llena de frascos con especies y platos y cazuelas secándose sobre la encimera.
Se giró hacia la cama y comenzó a desabrocharse el pantalón. Miró por encima del hombro buscándolo. Estaba de espaldas a ella, cerca de una ventana por la que entraba mucha luz. Asegurando el caballete, colocando el lienzo.
No quería que la viese a medio desnudar. Se afanó en quitarse toda la ropa sin preocuparse en como la dejaba sobre la cama.
Cuando el pintor quedo satisfecho con la inclinación del caballete se dio la vuelta para mirar el sofá en el que la modelo se tumbaría. Pero toda su atención se centró en ella.
Los rayos de luz incidían en su piel morena.
-Túmbate por favor.
Lo dijo sin darle mayor importancia, como se lo habría dicho a Sam. Sin embargo, no sentía esa indiferencia. Pero no quería intimidarla. No quería que se sintiese incomoda, o no más de lo que ya debía sentirse. Y la mejor forma era comportarse como un profesional.
Lara se reclinó sobre el sofá, cubierto con una sábana blanca que olía a lavanda, e intentó adquirir una pose adecuada. Él la miraba, consciente que ella evitaba sus ojos, escondiendo una sonrisa inocente al ver la rigidez de su modelo.
-Sam me ha dicho que estudias en la NYU. Historia ¿verdad? –mintió para distraer su atención del nerviosismo.
-No. Historia del Arte.
-¿Vaya! ¿Debo estar nervioso?
-¿Por?
-No sé si encajo bien las críticas…