lunes, 14 de febrero de 2011

El jardín de Hasgrut

Supongo que he vuelto a desaparecer, he tenido mis motivos. Y aunque me hubiese gustado tener el resumen de personajes del relato o un nuevo capítulo, no tengo nada… sorry.
En el post anterior comenté acerca de Arkham Horror (un juego de mesa inspirado en los relatos de Lovecraft), ya he podido jugar con un amigo n_n El juego merece la pena. Es muu divertido y mantiene bien la tensión con un nivel de dificultad muu acertado. Tanto es así que volvimos a perder XDDD pero la próxima vez tenemos un plan ò_ó
Y como he adelantado (respondiendo algunos de los comentarios de la entrada pasada) aprovecharé este post para colgar un cuento que escribí ya hace un tiempo. Un cuento que recuperé hace poco y tiene un significado especial para mí. Espero que os guste n_n

El jardín de Hasgrut

“Por mí se va tras la perdida gente”
Canto III La Divina Comedia

Como ya era costumbre, la anciana mujer que no era ni su abuela ni su sirvienta le había preparado el desayuno. Dos tostadas de pan de centeno con mantequilla y mermelada de fresas, un vaso de leche con miel y aroma de romero y un zumo de mandarinas bien frío.
Hasgrut se sentó en su confortable silla, enfrente de la mesita, y sonrió al ver la delicada disposición del desayuno. En un plato de cerámica las tostadas, a su lado los dos vasos y junto a éstos una flor en un jarrón de porcelana. Un gladiolo de color violeta.
La anciana siempre le preparaba el desayuno. Siempre a su gusto, siempre acompañado de una flor. Por el color, por el olor y por su amor, decía.
Hasgrut comió y bebió mientras miraba el patio por la ventana del pequeño comedor. Hacía un bonito día, de cielo claro y agradable temperatura. Los árboles, hierbas y flores eran primavera y un par de petirrojos se perseguían enamorados.
En la sombra del viejo peral, de flores blancas, había una joven. Leía un libro grande de numismática. Tal vez se había perdido. Casi seguro, y cansada de caminar sin rumbo, se había recostado a leer sobre monedas.
Hasgrut se terminó la última tostada y salió al jardín.
La joven lo miró curiosa. Era asombroso, por lo menos media tres metros y su cuerpo, musculoso, estaba cubierto por tatuajes arcanos. Tenía las piernas de una bestia, peludas, y las manos eran poderosas garras. Lucía dos cuernos enormes en la cabeza y melena cobriza como todo el bello de su cuerpo. También tenía una cola que no paraba de moverse. Y sus ojos eran el mar.
Hasgrut la miró curioso. Era preciosa, una joven de ojos celestes, otoñales e infinitos. De labios deliciosos y piel tostada. Era bajita, bueno, en realidad tenía una estatura muy decente para ser humana. Y su pelo, su pelo era la tormenta.
Se acercó con el paso firme, con porte de príncipe.
-Buenos días. Mi nombre es Hasgrut. Puedo conocer el suyo.
-Claro –Sonrió-, me llamo Irinea. Pero puedes llamarme Iri.
-Encantado Iri. No pretendo ser indiscreto, pero... ¿Se ha perdido?
-No –Dijo sin dejar de sonreír, y añadió socarrona-. No pretendo ser indiscreta, pero... sabe que va desnudo y se lo estoy viendo todo.
Hasgrut dudó, claro que sabía que iba desnudo.
-Sí, lo sé –alcanzó a responder.
Irinea cerró el libro de numismática.
-Si no se ha perdido, le puedo preguntar qué hace en mi jardín.
-Eres muy educado –rió sorprendida-. Sólo leía. Estaba caminando por este bosque y me pareció un buen lugar para sentarme. ¿Y tú?
-La admiro.
-¿Y qué ves? –le inquirió feliz.
-A una joven –Dijo arqueando la ceja izquierda.
Irinea podía oler a Hasgrut. Una mezcla entre sabanas limpias y la suave brisa de un amanecer de invierno.
-¿Quieres sentarte a mi lado?
-Sí.
Recostó su espalda en el tronco y giró la cabeza para seguir mirándola.
Sus cuernos, curvos y dorados, tenían gravados de extrañas letras. Ella se le acercó y apoyó la cabeza en su brazo. Olía tan bien.
-¿Qué significan? –le preguntó a la vez que cerraba los ojos y se concentraba en su olor.
-Son nombres.
-¿De quién?
-De personas.
-Y las palabras de tus tatuajes, ¿también son nombres?
-No. Son un poema.
-Y qué dice.
-No lo sé. Quién me lo tatuó, lo hizo en un idioma que no entiendo.
-¿Y qué idioma es ese?
-El de los ángeles.
-¿Conoces a un ángel?
-A una ángel.
-¿Era hermosa?
-Lo es.
-¿Te quiere?
-Me ama.
-¿Y tú?
-También.
-Cuéntame más...
-Qué desea saber.
-No sé –se quejó-. Cómo os conocisteis, cómo es, en qué lugar se enamoró de ti...-canturreó.
Hasgrut frunció el cejo y la miró sonriendo, pero Irinea no lo vio. Seguía con los ojos cerrados, abrazada a su brazo.
-Ella tenía un mensaje. Eran buenas noticias y le gustó mi sonrisa. De ella me gustó todo.
-¿Todo? ¿Me la describes?
-Huele como los ángeles –bromeó.
-Noooo –se quejó de nuevo-. En serio.
-Sus alas son caricias. Y sus ojos siempre miran con picardía. Me gustan sus besos y su forma de mover las caderas al bailar, tiene las piernas muy largas. Le gustan mis mimos y a mi hacérselos.
-¿Pero? No lo entiendo. Qué haces perdiendo el tiempo conmigo en lugar de estar con ella.
Hasgrut ladeó la cabeza.
-¿No sabe donde está Iri?
-Claro, estoy en el bosque.
-Bueno, si me permite, tendré que matizar su opinión. Éste es mi jardín, no su bosque, y representa una pequeña parcela en el Infierno, donde seguro ha llegado tras el óbito.
-¿Estoy muerta? –Preguntó con cierta incredulidad.
-Me temo que es una certeza.
-¿Y he ido al Infierno?
-Me temo que es otra verdad.
-Y... ¿qué me espera?
-No sé que responder, aunque no tiene que temer nada. Si le apetece, puede entrar y le presento a su abuela.

    

jueves, 3 de febrero de 2011

Un micro, una ilustración y un juego

Hace ya unos meses escribí un micro para un proyecto llamado “Escríbeme una Ilustración”, en el que la ilustradora Clara Varela facilita preciosas ilustraciones para que inspiren microrrelatos. Este fue el resultado n_n

  
No merece la pena
 
Raquel llevaba dos botellas enormes de agua salada para el acuario del pez león. Acarreaba los veinte kilos de mar en un carrito de ruedas pequeñas y negras. Fue durante su viaje a Australia cuando se aficionó al submarinismo. Y al regresar, pensó que podría tener un pedacito de océano en el salón de su hogar, junto al televisor.
Los acuarios de agua salada conllevan cierto sacrificio: el tiempo. Pero merecía la pena.
También había pasado por la panadería de Chema, que le caía un poco lejos de casa, para comprar una baguette recién horneada. Fue durante su viaje a París cuando se aficionó al buen pan. Y al regresar, pensó que podría encontrar una buena panadería de estilo francés.
Caminar hasta la panadería de Chema conllevaba cierto sacrificio: el tiempo. Pero merecía la pena.
Además de las dos botellas de agua salada y la barra de pan, Raquel había sacado a pasear a su perrito Copo de Nieve. Fue durante su viaje a Canadá cuando se aficionó a caminar en lugar de coger el transporte público. Y al regresar, pensó que podría seguir con su afición si se compraba un perrito al que sacar a pasear tres veces al día.
Los perritos de color blanco conllevan cierto sacrificio: el tiempo. Pero merecía la pena.
Quizás, empero, acarrear las dos botellas de diez litros cada una sería más sencillo con un coche pequeñito, fácil de aparcar. Pero aprender a conducir conlleva cierto sacrificio: el tiempo. Y eso, no le merecía la pena.
 
Enlaces del proyecto: Escríbeme una Ilustración; Miss Celánea y ClaraVarela.com n_n
Y en otro orden de cosas, hace dos findes iba a jugar un torneo de una liguilla de MTG de extendido. Como vendí todas mis cartas para pagar el viaje a las Vegas me prestaba el mazo un amigo. El problema fue que se equivocó y en lugar de dejarme el que utilizaría en el torneo me dejó el suyo (a medio construir y lleno de proxys XDDD) por lo que no pude jugar. Pero como estaba en una buena tienda friki busqué en que gastar algo de dinero n_n El resultado: me compré Arkham Horror, un juego de mesa inspirado en los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft n_n

  
El juego es una pasada y muu muu friki. Una muestra: permite partidas de un solo jugador XDDD sí, tal cual, despliegas el tablero y a jugar contra el mismo. Claro, como habréis imaginado jugué una partida conmigo mismo XDDD y lo más triste: perdí O_o (-10 en Cordura XDDD).
Al finde siguiente tenía pensado jugar con un amigo (suficientemente friki para ayudarme a entender las reglas y testear el juego) pero al final ni él ni yo pudimos quedar T-T (me surgió una cena en casa de unos amigos en la que terminamos jugando al mus… no sé que final de noche hubiese sido más friki XDDD).
Cuando juegue la partida con más de un jugador os cuento que tal ha ido (espero que uniendo fuerzas gane al tablero XDDD).